by Gaspar Ramirez
Pese a los ataques verbales y políticos, principalmente de Hugo Chávez hacia Bush, el comercio entre ambos países es tan fluido que ha aumentado en los últimos años.
Por más que Hugo Chávez deteste a EE.UU., diga que George W. Bush es un demonio que hiede a azufre y organice una gira paralela por América Latina para opacar el periplo del norteamericano, no puede prescindir de ellos, y viceversa. Para Washington, el Presidente venezolano es un populista que gasta demasiado en armas, pero vaya que lo necesita.
¿Cómo es esto? Algunas preguntas y respuestas para aclarar. ¿Quién es el cuarto proveedor de petróleo de Estados Unidos?, la Venezuela chavista. ¿Quién es el principal socio comercial de Caracas? El gobierno de George W. Bush. ¿Podrían dejar de necesitarse mutuamente en el corto plazo? Categóricamente, no.
Las cifras son clarísimas. Las exportaciones venezolanas a territorio estadounidense alcanzaron los US$ 32.410 millones, un aumento de US$ 8.234 millones respecto al año anterior. Caracas quedó 13° en la lista de socios comerciales de Washington, mientras que en 1999, el primer año de Chávez en el poder, ocupaba el puesto 23, según la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos.
En el lado contrario, más del 30% de las importaciones venezolanas provienen desde la primera potencia mundial.
El gran aumento del intercambio es impulsado principalmente por el alza en el precio del petróleo, lo que, claro, impacta en el volumen de comercio. Además, el petróleo es el eje que, literalmente, aceita las relaciones entre ambos países.
Alexander Guerrero, economista de Cedice (Centro de Divulgación del Conocimiento Económico en Venezuela) matiza estas cifras. "El petróleo venezolano que llega a EE.UU. no es un negocio entre estados, y al llegar a suelo norteamericano, el crudo es procesado en refinerías de propiedad venezolana", dice a "El Mercurio".
Si bien es cierto que la relación económica se ha consolidado los últimos 20 años, cuando en el palacio presidencial de Miraflores habían inquilinos más amigos de Washington, y que una fuente económica venezolana dijo a "The New York Times" que EE.UU. es desde hace un siglo el principal socio comercial de Caracas, se podía pensar que con el teniente coronel al mando, la situación podía cambiar.
No es difícil imaginar que a Chávez le gustaría que su petróleo fuera a otro lado -ha dicho que si Venezuela sufre alguna agresión de Washington cortará el suministro-. Su gran pero: precisamente, las refinerías.
"Venezuela exporta un tipo de crudo procesable en ciertas refinerías con condiciones muy específicas, que son las que están en EE.UU.", indica a "El Mercurio" Leonardo Vera, analista venezolano especialista en temas macroeconómicos.
Estrategia
Entonces, la estrategia de Chávez apuntaría a construir nuevas refinerías, para abrir nuevos mercados y aliados, lo que por lo menos tardaría cuatro o cinco años. Ecuador, Nicaragua y Brasil son países donde planea instalar estas fábricas y que, unos más que otros, son ideológicamente más cercanos a Chávez que Washington.
Otro hecho: Estas nuevas refinerías no serían para aumentar la producción de petróleo, sino para refinar el crudo en otros sitios. Una prueba de esto, es que PDVSA, la estatal petrolera venezolana, está extrayendo cada vez menos crudo, indica Vera.
Para EE.UU. tampoco es muy gustoso este matrimonio por conveniencia. Caracas no es el surtidor de petróleo estable que era hace 10 años, pero no sería fácil reemplazarlo. Arabia Saudita aparece como potencial principal sustituto, ya que es el único de los grandes productores que posee petróleo "ocioso". Pero al ubicarse en el inestable Medio Oriente, la operación aparece igual de riesgosa.
También puede sonar contradictorio que pese al fluido intercambio, el principal detractor del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) el proyecto de integración económica impulsado por EE.UU. desde la Cumbre de Miami de 1994, sea Venezuela. Es más, Chávez presentó su contraofensiva, el ALBA o Alternativa Bolivariana para las Américas.
Claro que hay diferencias. Mientras el ALCA busca la liberalización del comercio de bienes y servicios e inversiones, el ALBA enfatiza la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
Pese a las discusiones, en Caracas parecen tener clara la película. "Al fin y al cabo, EE.UU. todavía es y ha sido nuestro principal socio comercial... Más allá de nuestras diferencias políticas, siempre podemos contar con nuestros socios estadounidenses para hacer negocio", señaló hace poco Jorge Valero, vicecanciller venezolano para asuntos norteamericanos, a la BBC.
Poco más que petróleo
En rigor, además del crudo, Venezuela exporta muy poco más hacia Estados Unidos, si se considera que éste representa el 90% del total de las exportaciones de Caracas.
El resto de los productos que comercializa son principalmente textiles y alimentos, que van hacia los países andinos, la Unión Europea y el mercado asiático.
Pese a los ataques verbales y políticos, principalmente de Hugo Chávez hacia Bush, el comercio entre ambos países es tan fluido que ha aumentado en los últimos años.
Por más que Hugo Chávez deteste a EE.UU., diga que George W. Bush es un demonio que hiede a azufre y organice una gira paralela por América Latina para opacar el periplo del norteamericano, no puede prescindir de ellos, y viceversa. Para Washington, el Presidente venezolano es un populista que gasta demasiado en armas, pero vaya que lo necesita.
¿Cómo es esto? Algunas preguntas y respuestas para aclarar. ¿Quién es el cuarto proveedor de petróleo de Estados Unidos?, la Venezuela chavista. ¿Quién es el principal socio comercial de Caracas? El gobierno de George W. Bush. ¿Podrían dejar de necesitarse mutuamente en el corto plazo? Categóricamente, no.
Las cifras son clarísimas. Las exportaciones venezolanas a territorio estadounidense alcanzaron los US$ 32.410 millones, un aumento de US$ 8.234 millones respecto al año anterior. Caracas quedó 13° en la lista de socios comerciales de Washington, mientras que en 1999, el primer año de Chávez en el poder, ocupaba el puesto 23, según la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos.
En el lado contrario, más del 30% de las importaciones venezolanas provienen desde la primera potencia mundial.
El gran aumento del intercambio es impulsado principalmente por el alza en el precio del petróleo, lo que, claro, impacta en el volumen de comercio. Además, el petróleo es el eje que, literalmente, aceita las relaciones entre ambos países.
Alexander Guerrero, economista de Cedice (Centro de Divulgación del Conocimiento Económico en Venezuela) matiza estas cifras. "El petróleo venezolano que llega a EE.UU. no es un negocio entre estados, y al llegar a suelo norteamericano, el crudo es procesado en refinerías de propiedad venezolana", dice a "El Mercurio".
Si bien es cierto que la relación económica se ha consolidado los últimos 20 años, cuando en el palacio presidencial de Miraflores habían inquilinos más amigos de Washington, y que una fuente económica venezolana dijo a "The New York Times" que EE.UU. es desde hace un siglo el principal socio comercial de Caracas, se podía pensar que con el teniente coronel al mando, la situación podía cambiar.
No es difícil imaginar que a Chávez le gustaría que su petróleo fuera a otro lado -ha dicho que si Venezuela sufre alguna agresión de Washington cortará el suministro-. Su gran pero: precisamente, las refinerías.
"Venezuela exporta un tipo de crudo procesable en ciertas refinerías con condiciones muy específicas, que son las que están en EE.UU.", indica a "El Mercurio" Leonardo Vera, analista venezolano especialista en temas macroeconómicos.
Estrategia
Entonces, la estrategia de Chávez apuntaría a construir nuevas refinerías, para abrir nuevos mercados y aliados, lo que por lo menos tardaría cuatro o cinco años. Ecuador, Nicaragua y Brasil son países donde planea instalar estas fábricas y que, unos más que otros, son ideológicamente más cercanos a Chávez que Washington.
Otro hecho: Estas nuevas refinerías no serían para aumentar la producción de petróleo, sino para refinar el crudo en otros sitios. Una prueba de esto, es que PDVSA, la estatal petrolera venezolana, está extrayendo cada vez menos crudo, indica Vera.
Para EE.UU. tampoco es muy gustoso este matrimonio por conveniencia. Caracas no es el surtidor de petróleo estable que era hace 10 años, pero no sería fácil reemplazarlo. Arabia Saudita aparece como potencial principal sustituto, ya que es el único de los grandes productores que posee petróleo "ocioso". Pero al ubicarse en el inestable Medio Oriente, la operación aparece igual de riesgosa.
También puede sonar contradictorio que pese al fluido intercambio, el principal detractor del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) el proyecto de integración económica impulsado por EE.UU. desde la Cumbre de Miami de 1994, sea Venezuela. Es más, Chávez presentó su contraofensiva, el ALBA o Alternativa Bolivariana para las Américas.
Claro que hay diferencias. Mientras el ALCA busca la liberalización del comercio de bienes y servicios e inversiones, el ALBA enfatiza la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
Pese a las discusiones, en Caracas parecen tener clara la película. "Al fin y al cabo, EE.UU. todavía es y ha sido nuestro principal socio comercial... Más allá de nuestras diferencias políticas, siempre podemos contar con nuestros socios estadounidenses para hacer negocio", señaló hace poco Jorge Valero, vicecanciller venezolano para asuntos norteamericanos, a la BBC.
Poco más que petróleo
En rigor, además del crudo, Venezuela exporta muy poco más hacia Estados Unidos, si se considera que éste representa el 90% del total de las exportaciones de Caracas.
El resto de los productos que comercializa son principalmente textiles y alimentos, que van hacia los países andinos, la Unión Europea y el mercado asiático.
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