El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, financió y armó a la guerrilla colombiana y le pidió que adiestrara a grupos afines al chavismo en la lucha armada. Así lo revelan los documentos extraídos del ordenador de Raúl Reyes -el número dos de las FARC muerto en un ataque el pasado 1 de marzo-, que ha publicado hoy El País.
Según esta información, el pasado 8 de noviembre, Hugo Chávez recibía en Caracas a Luciano Marín, alias Iván Márquez, dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El motivo: impulsar el acuerdo humanitario con Colombia para canjear a 44 secuestrados por 500 guerrilleros presos. Eso fue la parte pública. Pero hubo otra reunión secreta. En ella, el presidente venezolano "aprobó sin pestañear la solicitud" de 300 millones de dólares [194 millones de euros] hecha por la guerrilla. Además, se diseñó un plan para recibir en la región venezolana del Orinoco el armamento enviado a las FARC por dos traficantes australianos y se puso en marcha un mecanismo de coordinación entre la guerrilla y el Ejército venezolano, al más alto nivel.
Así lo cuenta el propio Iván a sus compañeros del Secretariado de las FARC en un correo datado el 12 de noviembre de 2007. El mensaje está en uno de los ordenadores incautados a Raúl Reyes. El Gobierno de Colombia ha pedido a Interpol que certifique la autenticidad de los ordenadores. Las conclusiones se harán públicas la próxima semana.
Según la información, aquella reunión en el Palacio de Miraflores oficializó una relación que se había desarrollado desde el año 2000 con intermediarios y se había concretado en el suministro puntual de armamento a cambio del entrenamiento prestado por las FARC a miembros del Partido Comunista y otros grupos afines al chavismo en sus campamentos en suelo venezolano.
Los correos intercambiados entre los miembros del Secretariado de las FARC constituyen una preciosa bitácora de las relaciones con Venezuela, no exentas de roces. Sin embargo, la decisión del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de permitir la mediación de Hugo Chávez en la negociación de un acuerdo humanitario con la guerrilla, en agosto de 2007, tuvo un efecto que el presidente colombiano no había calculado: el fortalecimiento de la alianza con la guerrilla.
"Las FARC siempre habían buscado un encuentro directo con Chávez, pero él era renuente", dice un analista de la inteligencia colombiana a El País. "Hasta la reunión en Miraflores, que puso en marcha una estrategia conjunta".
Según esta información, el pasado 8 de noviembre, Hugo Chávez recibía en Caracas a Luciano Marín, alias Iván Márquez, dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El motivo: impulsar el acuerdo humanitario con Colombia para canjear a 44 secuestrados por 500 guerrilleros presos. Eso fue la parte pública. Pero hubo otra reunión secreta. En ella, el presidente venezolano "aprobó sin pestañear la solicitud" de 300 millones de dólares [194 millones de euros] hecha por la guerrilla. Además, se diseñó un plan para recibir en la región venezolana del Orinoco el armamento enviado a las FARC por dos traficantes australianos y se puso en marcha un mecanismo de coordinación entre la guerrilla y el Ejército venezolano, al más alto nivel.
Así lo cuenta el propio Iván a sus compañeros del Secretariado de las FARC en un correo datado el 12 de noviembre de 2007. El mensaje está en uno de los ordenadores incautados a Raúl Reyes. El Gobierno de Colombia ha pedido a Interpol que certifique la autenticidad de los ordenadores. Las conclusiones se harán públicas la próxima semana.
Según la información, aquella reunión en el Palacio de Miraflores oficializó una relación que se había desarrollado desde el año 2000 con intermediarios y se había concretado en el suministro puntual de armamento a cambio del entrenamiento prestado por las FARC a miembros del Partido Comunista y otros grupos afines al chavismo en sus campamentos en suelo venezolano.
Los correos intercambiados entre los miembros del Secretariado de las FARC constituyen una preciosa bitácora de las relaciones con Venezuela, no exentas de roces. Sin embargo, la decisión del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de permitir la mediación de Hugo Chávez en la negociación de un acuerdo humanitario con la guerrilla, en agosto de 2007, tuvo un efecto que el presidente colombiano no había calculado: el fortalecimiento de la alianza con la guerrilla.
"Las FARC siempre habían buscado un encuentro directo con Chávez, pero él era renuente", dice un analista de la inteligencia colombiana a El País. "Hasta la reunión en Miraflores, que puso en marcha una estrategia conjunta".
Source: 20minutos
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